"No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones".
Jorge Bucay
Las emociones forman parte importante de
nuestra relación con la comida. Para la mayoría de personas la comida satisface
no solo el hambre física sino también las necesidades emocionales. Alguna vez
te has preguntado porque comemos dulces cuando nos sentimos cansados? O porque
devoramos helados o postres cuando estamos tristes o deprimidos? Reflexionar sobre
estas preguntas y responderte, te llevará al corazón de tu relación con la
comida.
Cuando cambiamos a una dieta más saludable o
hacemos una dieta Detox podemos sentirnos más emocionales que de costumbre,
porque también liberamos las toxinas en forma de miedo, estrés y ansiedad. Esto
puede ser aterrador, pero si reflexionas sobre ello te sorprenderás de lo que
descubras.
Cuando sientas ansiedad o un arrebato
emocional, date un espacio, sé tolerante y condescendiente contigo mismo, no lo
relaciones con la comida y sobre todo, no te dejes llevar por el impulso
interno, que muchas veces nos hace actuar precipitadamente para luego sentirnos
culpables y decepcionados, más bien profundiza y pregúntate: “Qué es realmente lo
que me pasa?” La respuesta está más cerca de lo que tú crees.
Si has decidido cambiar tu alimentación por una
dieta más sana o quieres hacer un Detox, podría surgir una sensación de hambre
inusual, si sucede, considera la posibilidad de que ésta no sea hambre real, en
la cultura occidental, lo que llamamos hambre frecuentemente es la
manifestación física de una emoción que nos está pidiendo ser aliviada.
Cuando esta sensación de hambre aparece, pon
mucha atención y pregúntate: “Qué es lo que estoy sintiendo?” Si es aburrimiento,
agotamiento, tristeza, nerviosismo, ansiedad, rabia u otra emoción, permítete
sentirlas, no tienes porqué sentirte triste o negativo, simplemente reconoce cuál
es el verdadero sentimiento y ponle un nombre.
Con un pequeño esfuerzo, este ejercicio puede
ser la alerta que diferencie entre el hambre real y el hambre emocional, y
termine con el círculo vicioso que nos lleva a los atracones, aumento de peso y
mala salud.
Aquí te damos unas pistas que te ayudarán a definir
si lo que estás sintiendo es hambre real o emocional
Hambre real
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Hambre Emocional
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Aparece
gradualmente
|
Aparece
de pronto
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Estás
dispuesto a considerar opciones de alimentos
|
Te
dan antojos de un alimento específico
|
No
tienes que satisfacerla inmediatamente
|
Tienes
que comer inmediatamente
|
Paras
cuando estás lleno
|
Sigues
comiendo incluso si estás lleno
|
Te
sientes bien cuando has terminado
|
Te
sientes culpable, avergonzado o insatisfecho
|
Tips para el hambre emocional
- Hidrátate: Toma agua o una infusión, es importante para promover la eliminación de toxinas.
- Haz el switch: Levántate y camina, haz ejercicio, llama o escribe a un amigo o ser querido, manda ese mail que tienes pendiente hace mucho tiempo, termina un proyecto que tenías a medias o simplemente permite que la emoción se vaya naturalmente, ella se irá de todas maneras aunque no comas nada. Te sentirás orgulloso cuando veas cómo la sensación negativa se transforma poco a poco en una sensación agradable. El empoderamiento que viene de este cambio puede ser incredible.
Tips para el hambre real
- Toma tus snacks conscientemente: en ambientes serenos, relajados, tranquilos y libres de distracciones o estrés. Hummus, palta o vegetales, pedazos de manzana, un caldo de verduras natural o un jugo verde fresco son buenas opciones.
- Controla tu ingesta diaria, la cantidad y el tipo de comida que cada persona necesita, depende del nivel de actividad que haga, una buena pauta a seguir puede ser comer con responsabilidad, solo cuando tengas hambre real y sólo hasta que estés satisfecho.
Se sincero contigo mismo al momento de definir
el tipo de hambre que estás sintiendo para tomar las acciones que te hagan sentir
en armonía en cuerpo, mente y alma.
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